Las siguientes anécdotas tratan de mencionar algunas situaciones dónde el desconocimiento, la ignorancia o necedad provocan un mal uso de los plásticos.
Cada mes platicaré una historia qué nos cuestionara si el problema son los plásticos o sus usuarios.
Hace poco visité un restaurante muy conocido al norte de la Ciudad de México. El lugar se caracteriza por servir antojitos mexicanos y caldos de gallina.
De entre los platillos más solicitados se encuentran los huaraches, quesadillas, sopes y los tan apetecibles caldos de gallina.
Me encontraba disponiendo de mis alimentos, cuando sonó una voz enérgica solicitando la presencia de un mesero. Se trataba de la mujer que hacía poco había llegado al lugar. Al llegar el mesero a atender la solicitud de la señora, comenzó el altercado.
Al principio intenté ignorar la razón de aquella discusión, pero al escuchar el motivo, no pude apartar mis oídos de aquel zafarrancho.
La mujer, cuya identidad desconozco, subió el tono de voz al ver que el joven mesero no podía atender su solicitud.
¿Cuál fue el motivo de la disputa?
La mujer pidió, cómo buen mexicano, pidió un vaso con hielo para poder disfrutar su refresco favorito.
¿Ése fue el problema? No.
Este establecimiento, así como algunos otros que se ubican en la ciudad han optado por aminorar los residuos plásticos de sus locales, retirando los popotes de plástico. En el caso de este restaurante, han elegido ofrecer popotes de acero inoxidable.
La razón de la polémica fue que la señora no recibió un popote de plástico, sino uno de acero inoxidable, alegando que el segundo cambiaría el sabor de su bebida.
Al notar el alboroto, el gerente del local se acercó para resolver la situación, sin embargo, terminó recibiendo la misma cantidad de insultos por parte de la mujer.
Finalmente, al gerente no le quedó otra opción que retirar el popote de acero inoxidable y sustituirlo por uno de plástico, cumpliendo con aquella regla de «El cliente siempre tiene la razón».
¿Realmente el popote de acero inoxidable cambia el sabor de las bebidas? Estudios indican que existe un mayor intercambio de moléculas entre el plástico y las bebidas que están en contacto con éste.
Desafortunadamente, este es un caso de muchos dónde la ignorancia sale ganando interponiendo un capricho que sólo es un mito.
La problemática por la contaminación de los residuos de un solo uso es grave, al punto de su prohibición. Pero regresamos al inicio, ¿El problema son los plásticos o quiénes los usan? ¿Cuándo es válido pedir un popote?